"Vivir en función de los deseos
hace un ser humano libre"
Casilda Rodrigáñez
"La mujer se encuentra desde el principio sin una forma propia de existir, como si el existir de la mujer se hallase ya incluido en una forma de existir (mujer, madre, hija, etc.) que la niegan en cuanto a mujer. Ser madre significa existir y usar el propio cuerpo en función del hombre, y por lo tanto una vez más carecer del sentido y del valor del propio cuerpo y de la propia existencia a todos los niveles. Esta negación de sí misma es interiorizada a niveles tan profundos que es como si las mujeres, a lo largo de toda su historia, no hiciesen más que repetir esta experiencia de autodestrucción. Por eso, el discurso sobre la violencia masculina, sobre la vejación, sobre la dominación, sobre los privilegios, etc. seguirá siendo un discurso abstracto si no se tiene en cuenta el aspecto interiorizado de la violencia, la violencia como negación de la propia existencia. La negación de sí misma empieza a funcionar desde el nacimiento, a partir de la primera relación con la madre, donde la madre no está presente como mujer con su cuerpo de mujer, sino que está allí como mujer del hombre, para el hombre (...) El hecho de que la niña viva la relación con la persona de su sexo sólo a través del hombre, con esta especie de filtro que hay entre ella y la madre, es la razón más profunda de la división que encontramos entre una mujer y otra mujer; las mujeres estamos divididas en nuestra historia desde siempre,(...) al no conseguir mirarnos la una a la otra, al no ser capaces de contemplar nuestro cuerpo sin tener siempre presente la mirada del hombre.(...)
Del hecho de que la mujer no encuentra en la relación con la madre el reconocimiento de su propia sexualidad, del propio cuerpo, procede después toda la historia sucesiva de la relación con el hombre como relación donde la negación de todo lo que tú eres, de tu sexualidad, de tu forma de vida, ya se ha producido."
Lea Melandri
"La mujer se encuentra desde el principio sin una forma propia de existir, como si el existir de la mujer se hallase ya incluido en una forma de existir (mujer, madre, hija, etc.) que la niegan en cuanto a mujer. Ser madre significa existir y usar el propio cuerpo en función del hombre, y por lo tanto una vez más carecer del sentido y del valor del propio cuerpo y de la propia existencia a todos los niveles. Esta negación de sí misma es interiorizada a niveles tan profundos que es como si las mujeres, a lo largo de toda su historia, no hiciesen más que repetir esta experiencia de autodestrucción. Por eso, el discurso sobre la violencia masculina, sobre la vejación, sobre la dominación, sobre los privilegios, etc. seguirá siendo un discurso abstracto si no se tiene en cuenta el aspecto interiorizado de la violencia, la violencia como negación de la propia existencia. La negación de sí misma empieza a funcionar desde el nacimiento, a partir de la primera relación con la madre, donde la madre no está presente como mujer con su cuerpo de mujer, sino que está allí como mujer del hombre, para el hombre (...) El hecho de que la niña viva la relación con la persona de su sexo sólo a través del hombre, con esta especie de filtro que hay entre ella y la madre, es la razón más profunda de la división que encontramos entre una mujer y otra mujer; las mujeres estamos divididas en nuestra historia desde siempre,(...) al no conseguir mirarnos la una a la otra, al no ser capaces de contemplar nuestro cuerpo sin tener siempre presente la mirada del hombre.(...)
Del hecho de que la mujer no encuentra en la relación con la madre el reconocimiento de su propia sexualidad, del propio cuerpo, procede después toda la historia sucesiva de la relación con el hombre como relación donde la negación de todo lo que tú eres, de tu sexualidad, de tu forma de vida, ya se ha producido."
Lea Melandri
Hace un tiempo investigaba los orígenes de los modos de crianza establecidos en occidente -de los países del norte, sin mencionar que en los países orientales incluso es peor, hablando de los fascismos islámicos- y que tanto influyen en el mundo. Hablando de esta palabra educación y la disciplina muy orientada a la obediencia y aceptación sin contradicción al tutor o enseñante, en sus orígenes muy claramente lo afirmaba este reconocido gurú de la pedagogía negra J. Sulzer en 1789: "Un niño acostumbrado a obedecer a sus padres se someterá también con gusto a las leyes y normas de la razón cuando sea dueño y señor de sus actos, pues ya estará habituado a no actuar según su propia voluntad. Esta obediencia es tan importante que a decir verdad toda la educación no es otra cosa que el aprendizaje de la obediencia" (1).
"El niño (agrego: y la niña) es por etimología aquel que no habla es "sin voz". "La etimología de la palabra dice bien que el está privado de la palabra, incluso cuando el sea adulto y hablador. Es de la palabra política del cuál está privado. El no hace la ley, su palabra no tiene derecho. Su silencio es un silencio político" (2). Debo decir que cuando uno más se adentra en la historia de la infancia (in fans:sin voz) uno va descubriendo lo terrible del mundo de pesadilla, el mundo del maltrato expreso y tortura física y psíquica de las criaturas en nuestra civilización patriarcal, todo en nombre de la "disciplina", la "educación", la "moral".
"Mi conclusión tras toda una vida estudiando la historia de la infancia es que la sociedad se basa en el maltrato de menores"
Lloyd DeMause
Lamentablemente somos herederas,os de una cultura de ignorancia y violencia, la mayoría de la gente desconoce aún, las cualidades y necesidades biológicas básicas fundamentales de las criaturas (3), nuestras madres y padres, nuestras abuelas y abuelos; bisabuelas,as ...nuestros ancestros lo desconocían, por ello la reproducción inconsciente o consciente -aconsejados mediante tantos libros de gurús de cada época que hoy desde nuestra perspectiva científica nos parecen personas desquiciadas- dando consejos y normativas de patrones nefastos de crianza. No es de extrañar que las actuales generaciones que tenemos son el resultado de tantas generaciones "ya dañadas" por decirlo de algún modo de tanta pedagogía de la represión y sumisión de la criatura. Nuestra sociedad mundial -desde mi perspectiva- es una sociedad enferma con diferentes tipos de psicosis, neurosis esquizofrenias, psicopatías (4).
"El público en general dista aún mucho de advertir que las experiencias del niño en sus primeros años de vida repercutirán irremisiblemente en la sociedad entera, de que las psicosis, la drogadicción y la criminalidad son la expresión en clave cifrada de aquellas experiencias tempranas. Esta constatación es por lo general discutida o admitida solo intelectualmente, mientras que la praxis (la política jurídica o psiquiátrica) sigue estando fuertemente dominada por concepciones medievales, ricas en proyecciones del mal, ya que el intelecto no llega hasta el ámbito de las emociones. Todas las exhortaciones al amor la solidaridad y a la compasión resultarán inoperantes si falta este importante prerrequisito de la simpatía y de la comprensión humana"
Alice Miller
El psicoanalista canadiense Elliot Barker -de quien traduci su curso y está en linea gratuito- elaboró el curso El Arte de Ser Padres (5) justamente estudiando a los psicópatas del hospital de alta seguridad donde trabajaba en Canadá, todos sus estudios y experiencias lo llevaron a concluir que todos estos enfermos mentales, sin excepción, habían sido maltratados por sus padres o personas adultas a su alrededor, cuando fueron criaturas. Todo esto lo motivó a escribir el curso mencionado destinado a los jóvenes para sensibilizar a "como" generamos la violencia y como esto repercute en la sociedad.
Muchos investigadores y especialista tales como el neurocientífico de desarrollo James W. Prescott (6) también vienen mostrando con sus investigaciones los orígenes de la violencia por la falta de placer corporal en la infancia y con el papel funesto del maltrato a las criaturas. La neurosciencia nos da pistas y datos claros sobre como "se fabrica" la violencia, hoy tenemos las respuestas de como creamos u originamos cerebros neurodisociativos dispuestos para la violencia, la guerra y como podríamos generar cerebros neurointegrativos dispuestos para la paz, fraternidad. Lo cuál en un momento de nuestra historia existió, mediante las culturas y sociedades "pacíficas", las sociedades maternas, llamadas "matriarcados" o anteriores a esta en la matristica -según algunas autoras,es el matriarcado sería una etapa de transición del patriarcado a nuestra actual civilización patriarcal (7). Lo lamentable de todo podríamos decir, es que la gente en el poder, político económico y religioso -que parecen ser juntos el mismo poder- no parecen interesados a enfocarse en este punto tan crucial y fundamental para la sociedad, pues con seguridad, la mayoría de ellos,as también fueron víctimas de la violencia en su propia infancia (8) y nada hacen -y podrían hacer mucho pues la mass media en general está a su servicio. Por ello, la inmensa mayoría de la gente. no lo sabe o desconoce y consciente e inconscientemente viene repitiendo patrones de maltrato a las criaturas.
De otra parte, la represión de la sexualidad humana parece ser una constante en nuestra sociedad patriarcal, el control y el sometimiento del placer, la negación de nuestros cuerpos desde que somos criaturas -empezando por la negación del cuerpo de la madre desde que nacen-, luego se continúa la formación de las criaturas induciendoles enseñanzas y disciplinas morales que tienden a enseñar a odiar, a controlar, a someter, a reprimir el cuerpo humano y sus deseos.
Documental Los orígenes de la violencia
"Las mujeres son las madres de la humanidad, no nos permitamos olvidarlo o minimizar su importancia. Lo que las madres son para los niñ@s, lo será el hombre para el hombre"
Ashley Montagu
Una pregunta muy usual sería ¿Porque suceden estas cosas? ¿Porque tanta violencia hacia las criaturas? ¿Donde esta la madre? ¿Porqué lo permite?. La respuesta sería clara y contundente, como lo decía Victoria Sau : Madre no existe, solo existen las "madres impostoras" "El secreto de la humanidad es el crimen de la madre" (9). Efectivamente vivimos en un mundo sin madre, en un mundo de estructura masculina, un mundo misógino a cara descubierta en algunas sociedades como las de medio oriente o asiaticas, u ocultas, discretas en otras sociedades como las occidentales. Un mundo con ideologías y filosofías espirituales religiosas, mecanicistas tecnológicas modernas, que buscan todas sin excepción el control y sometimiento del cuerpo humano y sus fluídos. Este control y sometimiento no se haría si estaría viva la "madre", pues con las madres impostoras el sometimiento comienza en la cuna y prosigue en la niñez y adolescencia.
Las mujeres especialmente están entrenadas para anularse a sí mismas, y a su turno cuando sean madres ellas reprimirán a sus criaturas hombres y mujeres o permitirán que otros repriman a sus criaturas. La mujer es clave en la estructuración de todo ser humano, por ello el control de su sexualidad. La mujer para someter a sus hijos primero tiene que ser anulada, de la mujer depende todo hombre y toda mujer, pero ¿Porque se somete la mujer?, ¿Que tiene interiorizado?. Justamente hablando sobre esta anulación de sí misma y el entorno, es decir la estructura patriarcal que lo genera, Casilda Rodrigáñez nos da una explicación en una entrevista en el que explica la VIOLENCIA INTERIORIZADA DE LAS MUJERES.
Marisol Paredes, Noviembre 2012
La Violencia Interiorizada de las Mujeres
PT: Pititako Informatzen
CR: Casilda Rodrigáñez
PT: Si hablamos de que a las mujeres se les/se nos ha negado la sexualidad,
¿qué es lo que queremos decir con esto y que interés hay detrás de esta
negación?
CR: Podemos explicarlo remontándonos a los inicios de esta sociedad. Varias
antropólogos/as han explicado cómo se aprovechó la experiencia obtenida
con la práctica de la ganadería para aplicarla a la sociedad humana;
habían aprendido lo que hay que hacer con un toro para obtener un buey y
poder utilizar su fuerza sumisa: castrarlo, disminuir su vitalidad para
poder controlarla O para obtener un bonsái, que en vez de ser un árbol
grande se convierte en un objeto de decoración: cortarle las raíces.
En la especie humana para establecer una sociedad de esclavos/as y de
acumulación de Poder, había que cambiar el ser humano, cortarle las
raíces; lo que quiere decir, bloquear su sexualidad para disminuir su
vitalidad, introducir un estado de carencia y de necesidad. Esto se
consigue eliminando la sexualidad materno-primal, una verdadera
castración que se inflige a todas las criaturas humanas. Entonces,
eliminada la sexualidad básica y establecido el estado de carencia, se
organiza un chantaje emocional y sistemático para irnos llevando a donde
se nos quiere llevar (se aprende a obedecer para ser aceptados/as y
sobrevivir); este chantaje subyace en todo el proceso de socialización
-que en realidad es una domesticación. Vivir en función de los deseos
hace un ser humano libre, lleno de fuerza, iniciativa, etc.; pero el
vivir en la carencia y en la necesidad, bloqueado el desarrollo anímico y
sexual, nos lleva al estado de sumisión. Por eso es tan importante la
madre: ahí es donde se cortan las raíces de la vida humana. San Agustín
dijo: "dadme otras madres y os daré otro mundo". En lugar de una
maternidad que organiza la expansión del erotismo y del placer y del
complacer a las criaturas, con una madre cuya pasión es el bienestar de
su prole (que es para lo que sexual y fisiológicamente estamos
preparadas), se construye una maternidad patriarcal de madres que 'aman'
con el corazón en el mejor de los casos, pero no con la tripas, madres
frías, distantes, capaces de dejar a lxs niñxs llorando; madres
insensibles a los deseos e indiferentes al sufrimiento de las criaturas.
Por eso se destruye la sexualidad de la mujer, para cambiar la
maternidad. Se somete a la mujer para organizar una procreación en la
asepsia libidinal, con cuerpos de mujer privados de sus deseos y de su
sexualidad.
Wilhem Reich explicó hace ya muchos años que el desarrollo humano
privado de su sexualidad produce un acorazamiento muscular, que es
correlativo al acorazamiento psíquico; son las corazas psicosomáticas
que nos insensibilizan para hacernos capaces tanto de vivir en la
resignación, como de ejercer la crueldad.
Al desaparecer la sexualidad de la mujer de la organización social, las
niñas crecen con su sistema erógeno atrofiado, con el útero contraído;
entonces el aparato reproductor funciona de una manera robotizada; el
útero rígido en lugar de abrirse con suaves latidos, placenteramente, lo
hace con espasmos y calambres, y produce dolor a la mujer en la
menstruación y en el parto. Todo esta ecuación represión del deseo
materno = estado de sumisión, es decir, el cómo se organiza la
domesticación del ser humano, es lo que tratamos de explicar en el libro
La represión del deseo materno.
Hay una relación directa entre la privación de la sexualidad de la mujer
y la puesta a punto de un tejido social para las relaciones de Poder,
para organizar la sociedad patriarcal.
PI: ¿Cuáles son las evidencias del alejamiento al desarrollo de nuestro cuerpo y cual es el papel del falocentrismo en todo esto?
CR: Las evidencias son muchas. En primer lugar, la sexualidad en la vida
humana es un proceso, con dos puntos máximos, uno es a los dos años,
otro pico es en la adolescencia; y todo se pone en marcha con la gran
eclosión del período simbiótico inicial (en el
postparto/post-nacimiento); todo esto se borra del mapa.
Cuando la criatura nace, se la priva del cuerpo a cuerpo con la madre.
Ése es el momento en el que tenemos la mayor carga de energía erótica de
nuestra vida. Lo previsto según la evolución, es que la supervivencia
se garantiza con un estado de simbiosis madre-criatura (en el que la
criatura tiene el calor, el alimento, la protección etc, necesarias para
seguir su desarrollo hasta hacerse autónoma); por eso hay una líbido y
un deseo mutuo en ese momento, una atracción mutua para producir y
mantener el estado simbiótico (a nivel fisiológico se traduce en un
determinado equilibrio hormonal); este fenómeno se llama 'impronta' y es
común a todos los mamíferos (por eso por ejemplo, las leonas se quedan
en el cubil con sus cachorros/as después de parir, y no las abandonarán
ni siquiera al precio de su propia vida).
Hay que tener en cuenta que la reproducción de la vida humana ha estado
funcionando durante millones de años antes de la existencia del
Patriarcado (las primeras sociedades patriarcales tienen 5000 años de
vida), y antes de la medicalización del proceso reproductivo, porque
naturalmente la reproducción está autorregulada por el mecanismo de la
sexualidad. El cuerpo a cuerpo con la madre es un estado fisiológico y
psíquico. Hay un instinto y un deseo que si se respetase produciría un
enamoramiento específico, una luna de miel especial y básica para
nuestra existencia. Pero este proceso, en lugar de fluir y expandirse,
se corta de raíz al separar a la criatura de la madre nada más nacer; en
ese momento tan importante del que depende el desarrollo del ser humano.
Una de las pruebas de esta devastación, es que durante toda la infancia
no tenemos vida sexual, a diferencia de lo que sucedía (o todavía
sucede) en otras culturas. En los países árabes por ejemplo, todavía
quedan vestigios de esta sexualidad básica: las mujeres se bañan juntas
en los hammanes con sus hijos/as lactantes (hasta cinco, seis años);
comparten el aseo cotidiano que se convierte en un lugar de encuentro y
de relación (no van al hamman sólo a lavarse, puesto que pasan horas
allí); la sensualidad y el erotismo son visibles y es un vestigio de
esta sexualidad desaparecida inimaginable en el mundo occidental.
También quedan los cantos y los bailes en corros, etc. Lo que vemos en
la calle -todas las mujeres tapadas, serias, etc.-, en los hamanes
cambia (y también en los terrados de las casas por donde van y vienen y
se juntan). Es un modelo de sociedad patriarcal en el que hay más
represión exterior contra la mujer porque hay menos autorrepresión,
menos represión interiorizada; y como no pueden permitir que esos
vestigios de sexualidad prohibida trasciendan a lo público, la mantienen
cercada y encerrada en sus guettos.
Aquí como ya tenemos interiorizada la represión, tenemos más "libertad",
menos dosis de represión exterior, porque ya no hay peligro de que la
sexualidad prohibida trascienda y se desarrolle; nosotras mismas
educamos a nuestras hijas en un falocentrismo adulto, excluyente de todo
otro atisbo de sexualidad. Según nuestra cultura, toda la sexualidad es
adulta, coital y gira en torno al falo. Así crecemos en la idea de que
la sexualidad es lo que nos lleva a acostarnos con un hombre cuando
seamos mayores. El resto, desaparece y es inimaginable. Sin embargo, hay
testimonios de que en la antigüedad había bailes y danzas sexuales
practicadas por mujeres (las danzas del vientre actuales son un residuo
de las mismas) que prueba la existencia generalizada de prácticas
sexuales no falocéntricas.
La sexualidad de la mujer a diferencia de la del hombre es cambiante; no
es uniforme. No es el mismo estado sexual el que tiene la mujer cuando
ovula, que cuando menstrúa, o cuando está criando. Por eso la luna era
el símbolo de la feminidad, porque la luna al igual que la mujer tiene
un ciclo de 28 días (y también como en la mujer, este ciclo se inscribe
en otros más amplios). Ahora hemos perdido la percepción del estado
cambiante de nuestro cuerpo. El tipo de represión que sufrimos se
traduce en una ALIENACIÓN sexual: como si la mujer siempre tuviese que
estar dispuesta a irse a la cama con un hombre.
Otra prueba aplastante de la devastación de la sexualidad de la mujer y
de la sexualidad básica humana son los chupetes de plástico; el chupete
de plástico es una sustitución de la piel y de la carne real, del pezón
de la madre; es una prueba del vacío y del desierto emocional, pues no
sólo se trata de que la criatura chupe un pezón de plástico, artificial,
sino del cuerpo que falta detrás del chupete. Y sin embargo, la
existencia del chupete de plástico no nos sorprende, lo vemos como algo
normal; no vemos la robotización, la asepsia del deseo, la
deshumanización de lo humano.
Otra prueba es la cuestión de que para ser queridas tenemos que
adaptarnos a unos estereotipos fijados (innecesarios en una sexualidad
natural y espontánea) y que hay que gustar a los hombres según las
normas establecidas (falocracia). Con esto nos bombardean los medios
audiovisuales, con imágenes de mujeres delgadísimas a las cuales nos
tenemos que parecer para ser queridas. Sin embargo, no se dice que el
20% del peso de una mujer tiene que ser tejido adiposo para poder
producir estrógenos (una de las hormonas femeninas), y que por eso a
muchas modelos se les quita la regla. La extrema delgadez es todo lo
contrario de la feminidad y estamos ante una pandemia de anorexia y
bulimia, con datos escalofriantes que no cesan de crecer.
Otra evidencia es el Poder establecido contra la mujer a través de la
medicina. Nos obligan a parir en los hospitales con una postura
totalmente contraria al parto (en horizontal, en decúbito supino: en
esta posición el canal de nacimiento se estrecha y se alarga, hay más
sufrimiento fetal, más sufrimiento de la madre) cuando en cuclillas o de
pies el canal de nacimiento es más corto y más ancho, va a favor de la
gravedad y la madre puede hacer fuerza con los músculos pélvicos y
perineales, que en cambio tumbada no puede. Para parir una mujer tiene
que tener los pies en la tierra, en el suelo, para poder empujar. El
médico es la autoridad que sustituye, la sabiduría del cuerpo, la
autorregulación del deseo y toda la fisiología del parto, por la química
y el material quirúrgico. Así se convierte un acto sexual en una
intervención quirúrgica; o como también se dice, se convierte el aparato
reproductor femenino en un sistema de cañerías. Todo esto decimos que es
una auténtica violación porque la mujer está pariendo sin deseo, sin un
proceso de excitación sexual.
Y al final las pruebas son un poco todo, hasta cómo nos vestimos y un largo etcétera.
PI: Habiendo avanzado tanto la ciencia ¿cómo es posible que ahora haya más desconocimiento que antes respecto a la sexualidad?
CR: La primera razón es que llevamos ya mucho tiempo alejadas de nuestros
propios cuerpos, de nuestra sexualidad; se han perdido los espacios de
transmisión de la sabiduría de madres a hijas donde toda esa sexualidad
se sabía, se hablaba, se practicaba; todo esto que he mencionado de los
vestigios que representan los hammanes y las danzas del vientre
compartidas.
En el siglo XIX, cuando la sexualidad empieza a ser objeto de estudio
científico, la mujer ya lleva milenios arrastrando el sometimiento
sexual al imperio falocrático, con el útero rígido. Entonces se toma por
'natural' lo que es el resultado de un proceso milenario de
devastación. La sexóloga Maryse de Choisy afirma que las mujeres que
acudían a las consultas pertenecían a las clases burguesas cultivadas, o
sea más civilizadas y no las del pueblo llano; por otro lado, las
mujeres con una vida sexual más satisfactoria y con algún grado de
desarrollo de sexualidad uterina no son las que acuden a este tipo de
consultas por que tienen menos problemas y se sienten mejor con ellas
mismas. Entonces se sienta cátedra, se hace ciencia tomando como
referencia una mujer básicamente castrada (por eso Freud decía que sólo
hay un sexo y que la mujer es un hombre castrado).
Pero, por ejemplo, hay testimonios de la Edad Media de señoras
importantes que suplicaban a sus señores que les dejaran amamantar a sus
criaturas: amamantar a un bebé era pues un deseo prohibido pero
sentido. Ahora no se puede ni hablar del placer de dar de mamar, si una
mujer siente placer en ello ni se atreve a decirlo. Hemos pasado de la
represión exterior (no te dejan) a la represión interiorizada (no
sientes el deseo). Es la policía 'interior' la que nos reprime
inconscientemente y la que transmitimos a nuestras hijas, apoyadas por
todos los medios de formación audiovisuales, literarios etc..
De pequeñas nos dicen que si eso es pecado, una guarrería, etc, de tal
manera que empezamos inhibiendo conscientemente nuestras pulsiones, eso
sí, de manera sistemática, hasta que empezamos a hacerlo de forma
automática e inconsciente; y cuando ya somos mujeres adultas, la
represión sexual la hacemos en gran parte, nosotras mismas e
inconscientemente, y tenemos interiorizado el orden sexual falocéntrico.
En definitiva, para cuando la Ciencia empieza a investigar, la mujer
tiene esta violencia contra sí misma interiorizada, la devastación de la
sexualidad femenina está ya generalizada, y entonces la Ciencia toma el
resultado de la devastación (el útero rígido, la maternidad robotizada,
etc.) como si fuera lo originario.
PI: El parto ha pasado de ser algo placentero a considerarse todo un suplicio, ¿a qué se debe?
CR: Pues un poco a lo que venimos contando. Se habla mucho de mutilaciones
genitales en los países árabes, pero este tipo de partos que tenemos
aquí también las producen, como dice el ex -director de salud
materno-infantil de la OMS, Marsden Wagner. Te rajan el perineo (las
episotomías se practican en el 80% de los partos hospitalarios) y el
mismo útero, (hay un 30 % de cesáreas innecesarias): verdaderas
carnicerías. Es un daño físico y psíquico. También un 2% de bebes son
heridos por el bisturí cuando son extraídos del útero mediante cesárea; y
esto no se dice.
En el parto hospitalario, las mujeres estamos rodeadas de gente que nos
da ordenes: te distraen y no te puedes abandonar al deseo y a la
relajación; además tienes miedo y eso hace que te contraigas en lugar de
relajarte (lo contrario a lo que debería ser). El parto, como todo acto
sexual, requiere intimidad..
La medicina corta la autorregulación e impide que en algún momento pueda
recuperarse el proceso sexual; de esta manera asegura que el principio
del placer que impulsa la vida se sustituya por el del dolor que aparece
cuando se quiebra la autorregulación. Por ejemplo, después de un parto
traumático se podría recuperar el proceso y establecer un buen
acoplamiento, pero después de una cirugía mayor que es la cesárea, la
mujer está efectivamente en un post-operatorio con puntos, goteros etc. o
sea, no está ni mucho menos para vivir esa luna de miel de la que
hablábamos. Se intercepta el acoplamiento, la 'impronta' y entonces
vienen las dificultades en la lactancia, el bebé llora, la madre no
duerme, etc.
Adrienne Rich explica que en el siglo XVIII - XIX los primeros
hospitales eran algo horrible; primero eran morgues donde diseccionaban a
los muertos para aprender anatomía, etc. Allá iban a parir las mujeres
más pobres que no tenían una casa donde hacerlo. Entonces los médicos
después de abrir un cadáver sin lavarse las manos se iban a atender a
las parturientas: las mujeres se morían por septicemia, (Todavía no
habían aparecido Luis Pasteur ni los antibióticos). La tasa de
mortalidad era tremenda. Luego, con la aparición de los antibióticos la
tasa de mortandad perinatal descendió y la Medicina se apuntó el tanto
del descenso de una mortandad que ella misma había originado.
En realidad sólo hay más o menos un 5% de partos con riesgo. Aquí llaman
parto de riesgo a un bebé de nalgas, esto es, que nace no de cabeza
sino de nalgas. Pero estos nacimientos no tienen por qué realizarse
necesariamente por cesárea. Michel Odent ha atendido unos 300 partos de
nalgas por vía vaginal y en casa. Es una experiencia significativa. Muy
pocas cosas justifican realmente una cesárea (como la placenta previa).
Ahora todo el movimiento que hay para recuperar el parto para la mujer,
trata de respetar el parto como es, algo íntimo de su vida sexual. Y
desde luego, cuando realmente hay complicaciones, se acude al hospital.
Parir es un acto natural, como el comer, y no vas al hospital a comer
todos los días por si acaso te atragantas, vas al hospital si te pasa
algo anormal. Hay que prever la posibilidad real de complicaciones, y
por eso las comadronas y todo el personal a favor de los partos en casa
tienen ya previsto tener cerca un hospital. Luego os daré las webs de
estas asociaciones
Hay una historia muy curiosa y emocionante que contó una comadrona
inglesa en el I Congreso Internacional de Parto y Nacimiento en Casa, en
el año 2000: las mujeres inuits o esquimales, cuando estaban a punto de
parir eran llevadas en avionetas a los hospitales de Canadá. Pero esas
mujeres allí se sentían extrañas, sin nadie de su entorno familiar, sin
conocer la lengua del personal sanitario, se sentían manipuladas y
vivían sus partos de manera especialmente desgraciada y traumática;
cuando regresaban estaban hechas polvo, con depresiones, problemas de
lactancia etc... un desastre. Además se producía una especie de
desgarramiento por pérdida de la identidad, porque inuit significa
"nacido en tierra inuit", de manera que ya no sabían si sus hijos/as
eran 'inuit' porque no habían nacido en tierra inuit... En una asamblea
de diferentes aldeas inuit decidieron negarse a ser llevadas al hospital
a parir. Según las autoridades sanitarias había el famoso riesgo en más
o menos el 6 % de los partos que justifican la hospitalización general
de todos los partos. Pero los inuits decidieron asumir ese riesgo;
preferían la muerte física de un 10 %, que el 100 % de la 'otra' muerte
que supone parir y nacer en un hospital. Entonces fue cuando las
Autoridades sanitarias del Canadá pusieron en marcha unos equipos de
matronas con avionetas para atender a estas mujeres inuits en sus
aldeas. La matrona que nos lo contaba (no recuerdo su nombre) era
precisamente la persona que había sido contratada -por su experiencia en
la atención de partos en casa- por el gobierno de Canadá para organizar
estos equipos y formar al personal.
PI: ¿Cómo hemos llegado a negarnos la existencia del útero?
CR: De niña nadie te dice que tienes un útero, y creces sin moverlo, sin
sentir su excitación, su latido; ves a las mujeres de tu alrededor vivir
con posiciones rígidas, sin mover la pelvis ni el vientre, sin ver ni
vivir las pulsiones uterinas. No hemos aprendido a mover el útero, ni a
sentirlo; porque con la inmovilización de los músculos que forman la
bolsa uterina se pierden también sus conexiones neuromusculares. En
algunas culturas, la rana era el símbolo del útero, que salta y palpita y
se mueve, (por eso también los test de embarazo se llaman los test de
la rana). En otras culturas se decía que el útero era un pez, por su
manera de moverse. Estos símbolos expresaban la existencia del órgano; y
por eso, a pesar de que el útero es interior y no se ve, era algo
conocido que desde niña te llegaba: y podías relacionar esos símbolos
con tus propias pulsiones.
Los músculos del útero, cuando no se utilizan se ponen rígidos, pierden
elasticidad y funcionalidad; solo cuando te escayolan una pierna un mes
luego hay que hacer ejercicios de rehabilitación para recuperar la
funcionalidad de la pierna. Imaginemos lo que sería si tienes la pierna
sin mover desde que naces hasta los 20 años, o si te tapan un ojo al
nacer y te quitan la venda de mayor: tendrías el ojo atrofiado. Pues eso
es lo que pasa con nuestro útero. Antiguamente la mujer frígida era la
que tenía el útero arriba bien quietecito, y de ahí viene el
calificativo de 'histérica' porque 'histérica' viene de 'hysteron' =
útero en griego.
El parto con placer se produce cuando el útero se abre suavemente, relajadamente. Con cada latido los músculos uterinos se distienden, se aflojan y el cuello se va relajando y abriéndose, poco a poco, con cada latido que al mismo tiempo es una oleada de placer. En cambio el útero rígido que en lugar de latir se contrae con espasmos, produce dolor, el dolor del calambre, que es el dolor de las famosas, 'contracciones de dilatación'. Filogenéticamente está previsto que el parto sea un acto placentero; lo que no está previsto filogenéticamente es que la niña se haga mujer sin desarrollar su sexualidad, con el útero rígido, espástico.
Leboyer, autor del libro Por un parto sin violencia, habla de lo innecesario e injustificado que son los partos violentos de hoy en día. Los úteros pueden abrirse suavemente, con ternura, con un palpitar suave, como explica bien en otro libro: El parto: crónica de un viaje.
Hemos perdido el útero porque hemos perdido la sexualidad. Mereló-Barberá afirma que la mujer se socializa en la ruptura psicosomática entre la conciencia y el útero.
Nuestra manera de vestir dice mucho de nosotras, con ropas ajustadas, sujetadores y bragas que nos separan de nuestro cuerpo. Las mujeres que llevan túnicas o chilabas van desnudas por debajo, están mas cerca de sentir su cuerpo. pero lo peor no es vestir de cierta manera si no el creer que nuestras pulsiones y nuestros flujos son algo sucio, lascivo y pecaminoso. Te socializas sin saber de tu propio cuerpo, incluso sintiendo asco hacia él en algunos aspectos; como si el útero fuese una viscera más como el esófago o la vesícula.
CR: Sobre el agua hablo bastante en el Asalto al Hades. Está claro que el agua es el símbolo de la vida, es el medio líquido donde la vida fluye. Es un medio de interacción que hace posible que haya vida. Nuestro cuerpo tiene la memoria de nuestro orígen filogenético en el agua, porque la vida animal anterior a los mamíferos fué acuática (y hay una rama de los mamíferos que siguió en el agua). Incluso hay una hipótesis según la cual los homínidos pasaron por el medio acuático; de hecho en algunas parte de América (concretamente sé de un pueblo del litoral del Ecuador) viven un hombre y una mujer con la piel recubierta de escamas, la boca, y los ojos parecidos a los de un pez; van siempre muy vestidos pues no resisten los rayos del sol.
Nuestro orígen ontogenético (individual) también tiene lugar en un medio acuático, en el líquido amniótico. Por eso los bebés recién nacidos tienen el reflejo de cerrar las epiglotis para no tragar agua, y lo conservan más o menos hasta los tres meses después de nacer. Sabemos que los partos dentro del agua pueden ser más fáciles porque el agua favorece la relajación. Aunque nuestro neocortex nos bloquee y nos impida el estado de relajación necesario para parto, el cuerpo sumergido en el agua ayuda a aflojar la presión del neocortex y a reactivar el cerebro arcaico, la hipófisis, que regula el sistema hormonal. Esta relación con el agua está en nuestro genoma humano, y en lo que se llama 'memoria celular'.
El agua también ha estado presente en las recreaciones de la vida y los animales acuáticos han estado presentes en la simbología. La sexualidad femenina es humedad, es agua. Los animales más representativos de la sexualidad femenina son medio terráqueos, medio acuáticos, y su piel es una húmeda mucosidad, como nuestro útero, y nuestra vagina; la excitación sexual produce humedad, la frigidez, sequedad. Por ejemplo el pez que se mueve de manera sensual, la rana que palpita como nuestro útero, la serpiente que se mueve con la voluptuosidad del cuerpo femenino. La serpiente además se mete debajo de la tierra, y por eso también se escogió como símbolo de la feminidad, que en la sociedad pre-patriarcal no estaba por las alturas de los cielos y de las divinidades, sino que estaba pegada a la tierra. La serpiente es un símbolo muy extendido de la sexualidad prohibida, y por eso luego la tienen que convertir en diferentes monstruos repugnantes y repelentes, para que sintamos repugnancia y asco de nuestros propios cuerpos y de los flujos que manan con el deseo; y los héroes y los santos tienen que matar a la serpiente para salvar a las mujeres, nuestros cuerpos (del dragón) y nuestras almas (del pecado). Los pulpos también se utilizan como representación simbólica porque su cuerpo, la cabeza y los tentáculos recuerdan la imagen del esqueleto erógeno de la mujer; hay vasijas de la antigua Grecia con pulpos que son una imagen visual del orgasmo femenino. Nuestros/as antepasados neolíticos, que no vivían en la escisión cuerpo-mente, representaban las emociones en sus pinturas, por ejemplo, dibujando sobre los cuerpos los meridianos del placer. Y utilizaban animales y plantas (como el cáliz de las flores, o la manzana) cuya imagen visual les conectaba con la emoción erótica. La sirena tiene un significado algo más profundo. Hemos dicho que el pez representaba el útero, y la sirena es un ser mitad pez, mitad mujer. Una sirena no tiene vagina, no puede tener relaciones coitales, y sin embargo, en la mitología representaba una voluptuosidad tal, que los hombres no podían resistirla y quedaban faltamente atraídos por ellas (en la historia de Ulises, éste manda que le aten para no dejarse atraer por ellas). Las sirenas representaban la sexualidad femenina, pero no una sexualidad falocéntrica, sino uterina y autoerótica. En realidad representaban la sexualidad de la virgen, que no tiene relaciones con el varón. Pero no la virgen como ahora la vemos: monja, casta y pura. La virginidad en el neolítico pre-patriarcal no era sinónimo de castidad, puesto que las mujeres, desde niñas y antes de tener relaciones sexuales con hombres habían desarrollado su sistema erógeno, su sexualidad uterina.
Si tratas de nadar como una sirena, juntando las piernas y sin doblar las rodillas, verás que solo puedes darte impulso moviendo la pelvis, es como una danza del vientre en el agua. Es una manera muy sensual y voluptuosa de nadar (como los delfines). Las sirenas son el símbolo de la feminidad no falocéntrica por excelencia. ya que habían desarrollado su capacidad sexual sin la necesidad de mantener relaciones coitales con hombres.
El mundo simbólico es muy importante porque actúa de manera inconsciente sobre el inconsciente. Es el mensaje subliminal que tan bien conoce y utiliza la publicidad, cuando por ejemplo pone a una mujer 'muy deseable' delante de un coche para que los hombres compren ese coche.
Bibliografía recomendada:
El parto con placer se produce cuando el útero se abre suavemente, relajadamente. Con cada latido los músculos uterinos se distienden, se aflojan y el cuello se va relajando y abriéndose, poco a poco, con cada latido que al mismo tiempo es una oleada de placer. En cambio el útero rígido que en lugar de latir se contrae con espasmos, produce dolor, el dolor del calambre, que es el dolor de las famosas, 'contracciones de dilatación'. Filogenéticamente está previsto que el parto sea un acto placentero; lo que no está previsto filogenéticamente es que la niña se haga mujer sin desarrollar su sexualidad, con el útero rígido, espástico.
Leboyer, autor del libro Por un parto sin violencia, habla de lo innecesario e injustificado que son los partos violentos de hoy en día. Los úteros pueden abrirse suavemente, con ternura, con un palpitar suave, como explica bien en otro libro: El parto: crónica de un viaje.
Hemos perdido el útero porque hemos perdido la sexualidad. Mereló-Barberá afirma que la mujer se socializa en la ruptura psicosomática entre la conciencia y el útero.
Nuestra manera de vestir dice mucho de nosotras, con ropas ajustadas, sujetadores y bragas que nos separan de nuestro cuerpo. Las mujeres que llevan túnicas o chilabas van desnudas por debajo, están mas cerca de sentir su cuerpo. pero lo peor no es vestir de cierta manera si no el creer que nuestras pulsiones y nuestros flujos son algo sucio, lascivo y pecaminoso. Te socializas sin saber de tu propio cuerpo, incluso sintiendo asco hacia él en algunos aspectos; como si el útero fuese una viscera más como el esófago o la vesícula.
PI: ¿Que importancia tiene el agua y la simbología del agua en relación con la sexualidad femenina?
CR: Sobre el agua hablo bastante en el Asalto al Hades. Está claro que el agua es el símbolo de la vida, es el medio líquido donde la vida fluye. Es un medio de interacción que hace posible que haya vida. Nuestro cuerpo tiene la memoria de nuestro orígen filogenético en el agua, porque la vida animal anterior a los mamíferos fué acuática (y hay una rama de los mamíferos que siguió en el agua). Incluso hay una hipótesis según la cual los homínidos pasaron por el medio acuático; de hecho en algunas parte de América (concretamente sé de un pueblo del litoral del Ecuador) viven un hombre y una mujer con la piel recubierta de escamas, la boca, y los ojos parecidos a los de un pez; van siempre muy vestidos pues no resisten los rayos del sol.
Nuestro orígen ontogenético (individual) también tiene lugar en un medio acuático, en el líquido amniótico. Por eso los bebés recién nacidos tienen el reflejo de cerrar las epiglotis para no tragar agua, y lo conservan más o menos hasta los tres meses después de nacer. Sabemos que los partos dentro del agua pueden ser más fáciles porque el agua favorece la relajación. Aunque nuestro neocortex nos bloquee y nos impida el estado de relajación necesario para parto, el cuerpo sumergido en el agua ayuda a aflojar la presión del neocortex y a reactivar el cerebro arcaico, la hipófisis, que regula el sistema hormonal. Esta relación con el agua está en nuestro genoma humano, y en lo que se llama 'memoria celular'.
El agua también ha estado presente en las recreaciones de la vida y los animales acuáticos han estado presentes en la simbología. La sexualidad femenina es humedad, es agua. Los animales más representativos de la sexualidad femenina son medio terráqueos, medio acuáticos, y su piel es una húmeda mucosidad, como nuestro útero, y nuestra vagina; la excitación sexual produce humedad, la frigidez, sequedad. Por ejemplo el pez que se mueve de manera sensual, la rana que palpita como nuestro útero, la serpiente que se mueve con la voluptuosidad del cuerpo femenino. La serpiente además se mete debajo de la tierra, y por eso también se escogió como símbolo de la feminidad, que en la sociedad pre-patriarcal no estaba por las alturas de los cielos y de las divinidades, sino que estaba pegada a la tierra. La serpiente es un símbolo muy extendido de la sexualidad prohibida, y por eso luego la tienen que convertir en diferentes monstruos repugnantes y repelentes, para que sintamos repugnancia y asco de nuestros propios cuerpos y de los flujos que manan con el deseo; y los héroes y los santos tienen que matar a la serpiente para salvar a las mujeres, nuestros cuerpos (del dragón) y nuestras almas (del pecado). Los pulpos también se utilizan como representación simbólica porque su cuerpo, la cabeza y los tentáculos recuerdan la imagen del esqueleto erógeno de la mujer; hay vasijas de la antigua Grecia con pulpos que son una imagen visual del orgasmo femenino. Nuestros/as antepasados neolíticos, que no vivían en la escisión cuerpo-mente, representaban las emociones en sus pinturas, por ejemplo, dibujando sobre los cuerpos los meridianos del placer. Y utilizaban animales y plantas (como el cáliz de las flores, o la manzana) cuya imagen visual les conectaba con la emoción erótica. La sirena tiene un significado algo más profundo. Hemos dicho que el pez representaba el útero, y la sirena es un ser mitad pez, mitad mujer. Una sirena no tiene vagina, no puede tener relaciones coitales, y sin embargo, en la mitología representaba una voluptuosidad tal, que los hombres no podían resistirla y quedaban faltamente atraídos por ellas (en la historia de Ulises, éste manda que le aten para no dejarse atraer por ellas). Las sirenas representaban la sexualidad femenina, pero no una sexualidad falocéntrica, sino uterina y autoerótica. En realidad representaban la sexualidad de la virgen, que no tiene relaciones con el varón. Pero no la virgen como ahora la vemos: monja, casta y pura. La virginidad en el neolítico pre-patriarcal no era sinónimo de castidad, puesto que las mujeres, desde niñas y antes de tener relaciones sexuales con hombres habían desarrollado su sistema erógeno, su sexualidad uterina.
Si tratas de nadar como una sirena, juntando las piernas y sin doblar las rodillas, verás que solo puedes darte impulso moviendo la pelvis, es como una danza del vientre en el agua. Es una manera muy sensual y voluptuosa de nadar (como los delfines). Las sirenas son el símbolo de la feminidad no falocéntrica por excelencia. ya que habían desarrollado su capacidad sexual sin la necesidad de mantener relaciones coitales con hombres.
El mundo simbólico es muy importante porque actúa de manera inconsciente sobre el inconsciente. Es el mensaje subliminal que tan bien conoce y utiliza la publicidad, cuando por ejemplo pone a una mujer 'muy deseable' delante de un coche para que los hombres compren ese coche.
Bibliografía recomendada:
- RODRIGAÑEZ, C. y CACHAFEIRO, A. La represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente. Madre Tierra, 1996
- RODRIGAÑEZ,C. y CACHAFEIRO, A. El Asalto al Hades. Traficantes de Sueños, 2001
- RODRIGAÑEZ,C. y CACHAFEIRO, A. La sexualidad de la mujer. Ekintza Zuzena, 1998
- MERELÓ-BARBERÁ,J. Parirás con placer. Kairós 1980
- ODENT, M. La cientificación del amor.Creavida, 1999
- ODENT, M. El bebé es un mamífero. Mandala, 1990
- LEBOYER, F.Por un nacimiento sin violencia, Daimon, 1978
- LEBOYER, F. El parto: crónica deun viaje Ed. Alta Fulla, 1998
- DE CHOISY, M. La guerre des sexes Publications Premiéres, 1970
- RICH, A. Nacida de mujer Noguer, 1978
- REICH, W. La psicología de masas del fascismo y Reich habla de Freud Anagrama
Fuente : A las Barricadas, entrevista a Casilda Rodrigáñez
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Notas:
(1) Citado por Alice Miller en su libro "Por tu propio bien, Raíces de la violencia en la educación del niño" Tusquet Editores, 1980. Cita de Katharina Rutschky de su libro Pedagogía Negra.
(2) In fans sans voix (In fans: sin voz) :"L’enfant est, par étymologie, celui qui ne parle pas (in fans). L'étymologie du mot dit bien qu'il est privé de parole, quand bien même il serait adulte et bavard. C'est de la parole politique qu'il est privé, du pouvoir. Il ne fait pas la loi, sa parole ne fait pas le droit. Son silence est un silence politique". http://ec-ressources.fr/COM/CNAP/CNAPdossiers/CNAPparoledossiers/CNAPparole_200423.pdf.
(3) Recomendamos leer el articulo Las cualidades del ser humano:
http://myblogdecrianzaconamor.blogspot.fr/2009/11/las-cualidades-de-la-criatura-humana-12.html
http://myblogdecrianzaconamor.blogspot.fr/2009/12/las-cualidades-del-ser-humano-22.html
Del mismo modo, como desde que nace el ser humano se perturba los procesos naturales
Documental Somos mamíferos Restaurando el Paradigma Original
http://myblogdecrianzaconamor.blogspot.fr/2009/07/restaurando-el-paradigma-original.html
Artículo sobre el "porque" la maternidad es fundamental en la estructuración del ser humano:
http://myblogdecrianzaconamor.blogspot.fr/2012/02/la-maternidad-es-el-proceso-de.html
(4) Recomiendo leer también el artículo: ¿Somos una civilización enferma?
http://myblogdecrianzaconamor.blogspot.fr/2012/10/somos-una-civilizacion-enferma.html
(5) Curso el Arte de Ser Padres
http://myblogdecrianzaconamor.blogspot.fr/2008/04/curso-el-arte-de-ser-padre.html
http://archive.empathicparenting.org/course/espanol/default.html
(6) Documental y estudio sobre Los Orígenes de la violencia
http://myblogdecrianzaconamor.blogspot.fr/2012/06/documental-y-estudio-sobre-los-origenes.html
Artículo The origins of human love and violence
http://www.violence.de/prescott/pppj/article.html
(7) Una de las sociedades matriarcales que existe actualmente y esta siendo seriamente amenazada por nuestra cultura patriarcal es Los Mosuo:
http://www.youtube.com/watch?v=rWQF6FbziEQ
Más información sobre las sociedades matriarcales se puede encontrar en este sitio:
http://matricien.org/
Recomendamos también la lectura de las obras de la investigadora y escritora Casilda Rodrigáñez:
https://sites.google.com/site/casildarodriganez/
(8) En el libro Ponerología Política Andrew M. Lobaczewsky expone sobre la enfermedad a la que llama "patrocracia", en la cuál estarían sumergidos la mayoría de nuestros gobernantes, que ya llegarían al nivel de "psicópatas". Aquí un análisis del libro, http://quantumfuture.net/sp/pages/PP_PP.html pero lo único que lamento es que se desconozca el "como" se originan estas patologías de la mente pues hoy ya la ciencia lo ha demostrado se originan en la infancia con el maltrato de las criaturas.
(9) Victoria Sau en su libro El vacío de la maternidad madre no hay más que ninguna, Icaria Antrazyt, 1995
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Enlaces relacionados:
La sexualidad Femenina
Proyecto Patriarcado
El Parto es una cuestión de control y poder
Matricidio y Estado Terapéutico
El Paradigma de Mujer
Porqué es importante la maternidad
3 comentarios:
¡Excelente artículo, Marisol! ¡¡Mi enhorabuena!!
Gracias Silvia, un abrazo
Hola Marisol,
Estoy intentando contactar con Casilda para invitarla a participar de unas Jornadas sobre los Cuidados y no encuentro cómo. Me han dicho que vive en Valencia y nosotras estamos cerca. Solo por hacerle llegar la propuesta, si sabes algo estaríamos muy agradecidas. Un saludo y enhorabuena por tu trabajo de divulgación,
Maria
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